Título: Notre Dame de París
Título original: Notre Dame de Paris
Autor: Victor Hugo
Editorial: Debolsillo
Idioma original: Francés
País: Francia
ISBN: 978-84-9989-248-1
Páginas: 640
Género: Romántica.
Saga: Libro único. Sin continuación.
Año de publicación: 1831
Encuadernación: Rústica
Título original: Notre Dame de Paris
Autor: Victor Hugo
Editorial: Debolsillo
Idioma original: Francés
País: Francia
ISBN: 978-84-9989-248-1
Páginas: 640
Género: Romántica.
Saga: Libro único. Sin continuación.
Año de publicación: 1831
Encuadernación: Rústica
Sinopsis: Claudio Frollo, diácono de la Catedral de París, tiene un insano deseo por la hermosa gitana Esmeralda, así que le pide a Quasimodo, el jorobado que le sirve y que hace sonar las campanas de la Catedral, que la rapte, acción que se ve frustrada por el militar Phoebus, por quien la gitana se siente deslumbrada. Los celos de Frollo lo llevan a asesinar al joven, acusando luego a Esmeralda del asesinado, para así obligarla a elegir entre su muerte o su amor.
Opinión personal: Tal vez conozcáis esta historia como El Jorobado de Notre Dame, más que como Notre Dame de París. En fin, sea lo que sea, no os esperéis una bonita historia a lo Disney, porque no tiene nada que ver. La trama de la obra es muuuuucho más complicada que cualquier adaptación infantil que podáis haber visto o leído, y se caracteriza por ser lenta. Extremadamente lenta (y muy, muy larga). La obra cuenta con un fiel retrato del París de la época, y una detallada descripción de la Catedral de Notre Dame de París (para interesados en la historia del Arte Gótico). Además, aunque no lo creáis, Quasimodo tiene muy poca relevancia en la historia (sí, ya sé que en la película de Disney es el prota). Sinceramente, no sabría decir si el protagonista es Gringoire, Frollo o Esmeralda.
Esmeralda es, sin duda, un personaje sumamente importante. Es, aunque de manera inconsciente, la causante de toda la vorágine que se relata en la obra. Debido a su costumbre de bailar en las calles de París junto con su cabra, llama la atención del diácono de Notre Dame Claude Frollo, que, encaprichado, envía a Quasimodo, que también se enamora de ella, a secuestrarla. Esto supone que Phoebus haya de salvarla, y entonces es Esmeralda la que se enamora, aunque Phoebus no dudará en aprovechar la situación (resumiendo: todos los personajes masculinos están coladitos por ella). Incluso Gringoire que, sin comerlo ni beberlo, acaba casado con ella a causa de un cúmulo de catastróficas circunstancias que lo llevarán a casi ser ejecutado en la Corte de los Milagros, hogar de los gitanos. Además, resulta ser más tarde la hija perdida de Paquette La Chantefleurie, a quien las gitanas cambiaron por Quasimodo, el niño deforme que fue dejado a las puertas de Notre Dame por Paquette, que más tarde se refugió en la plaza de La Grève en París, enloquecida por la pérdida de su hija. Al final, resulta que Esmeralda ni siquiera se llama Esmeralda, sino Inés (Agnès en el original francés).
Frollo es el malo malísimo. Hurde, fisga y trama para que todo salga acorde a su voluntad. Dice que ama a Esmeralda, pero la quiere o para él, o muerta. Es el personaje que, desde un principio, desencadena los hechos. Sin Frollo y su afán por poseer a Esmeralda, no habría historia, ya que es esta la trama principal del libro.
Y luego está Gringoire, que no hace nada, pero lo hace todo. Gringoire es un poeta (sin un centavo) con el que se abre la historia, y que es el que guía los acontecimientos de toda la obra de Victor Hugo.
Como hemos dicho, Quasimodo, el jorobado sordo que tañe las campanas de Notre Dame, no resulta especialmente relevante en el entramado de Nuestra Señora de París, si bien algunas de sus acciones son fundamentales para el desarrollo de los hechos.
La obra Nuestra Señora de París se divide en once libros y cuenta con un final que nada tiene que ver con la película de Disney (es decir, nada de vivieron felices y comieron perdices). Lo más interesante del libro es que aunque al principio no lo parece, al final todas las diversas tramas que el autor ha ido presentando se unen en una sola, y todo aparece entrelazado.
Me gustó mucho, muchísimo leer esta historia. Y, aunque en ocasiones se me hizo larga y he de confesar que interminable, reconozco que me siento orgullosa de haber conseguido terminarla y me alegro de haberlo hecho. Porque Notre Dame de París es uno de los grandes e indiscutibles clásicos de todos los tiempos, y es una historia verdaderamente inmortal. Y porque es realmente una de las historias de amor más bonitas que he leído jamás.
Puntuación: 9
Puntuación: 9
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