Love, Rosie

¡Hola! Hace demasiado tiempo ya que no os pongo por aquí una cita. ¡Ya es hora! Así que aquí os traigo un fragmento de la novela Where Rainbows End, de Cecelia Ahern, que como sabréis si habéis leído la reseña, me ha encantado (gracias otra vez, Cris, por regalármela <3). La cita en cuestión es de una carta que le escribe Rosie a Alex y fue una de las partes que más me llamó la atención de la novela. 

Hay algo realmente perturbador en ver a tus padres alterados. Supongo que es porque se supone que ellos tienen que ser los fuertes, pero no es sólo eso. Cuando la gente aún es pequeña, usa a sus padres como una especie de medida para ver cuán grave es la situación. Cuando te caes y te das un golpe fuerte y no puedes terminar de decidir si duele o no, miras a tus padres. Si parecen preocupados y corren hacia ti, lloras. Si se ríen y le quitan importancia diciendo "no pasa nada", entonces te levantas y sigues con ello. 

Cuando te enteras de que estás embarazada y sientes tus emociones bloqueadas, miras sus expresiones. Cuando tanto tu madre como tu padre te abrazan y te dicen que todo va a salir bien y que van a apoyarte, sabes que no es el fin del mundo. Pero, dependiendo de los padres, podría haber estado condenadamente cerca. 

Los padres son el barómetro de las emociones para los niños, y tiene un efecto dominó. Nunca he visto a mi madre llorar tanto en toda mi vida, lo que me asustó y me hizo llorar, lo que asustó a Katie y la hizo llorar. Lloramos todas juntas. 

De verdad, tenéis que leer este libro. Yo sólo espero que la película le haga justicia.